Hoy nos toca "prosa". Aquí reproduzco unos fragmentos de una carta surrealista que me escribió un paciente desde su lugar de veraneo. No sé si me echaba de menos, le había dado un brote de algo o no se estaba tomando las pastillas. No me quedó muy claro, porque para entenderla, tuve que leerla varias veces en diferentes días.
Respetable doctora: faltaría a uno de mis primeros deberes y no tendría justificación mi conducta si dejase pasar más tiempo sin consagrarle el más leve recuerdo a su especialidad en Medicina Interna que tantos recuerdos en bien me ha dejado.
(...)
Que el cuerpo y la mente son todo uno es un conocimiento antiguo. Pero sólo recientemente la medicina convencional ha prestado atención a esa conexión y explora a fondo sus mecanismos fisiológicos. Ahora, los especialistas como usted quieren desenredarla y se preguntan: ¿se puede actuar sobre un extremo tirando del otro?
Tipos de meditación usados nos enseñan a controlar el estado de ánimo. El mío, desde que Vd no lo controla, se encuentra meditabundo.
Muchas gracias por este convencimiento. Pronto nos veremos.
A su vuelta, le agradecí que se hubiese acordado tanto de mi y me hubiese escrito una carta tan profunda que me estaba ayudando a pensar mucho: ¿quién soy? ¿de dónde vengo? ¿a dónde voy? Diez años después, cuando la leo me estremezco porque me siguen asaltando las mismas dudas: ¿se puede actuar sobre un extremo tirando del otro?
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