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domingo, 21 de abril de 2013

PARECIDOS RAZONABLES

Los procesos de adquisición del conocimiento son complejos y gran parte de lo que aprendemos lo hacemos por "similitud". Todos hemos usado esas reglas nemotécnicas que nos ayudaban a recordar unos nombres imposibles que tenían todos los boletos para caer en el examen de turno. En medicina usamos muchas palabras técnicas, siglas, abreviaturas y todo tipo de lenguaje enrevesado que incluso a los médicos nos cuesta aprender. Sin embargo, se las decimos a los pacientes, así sin más, y ellos asienten y parece que nos comprenden. Estas últimas semanas hemos tenido varios ejemplos de  este fenómeno lexicológico. Así, una paciente comentó que una vez tuvo anemia por falta de "ÁCIDO FOLCLÓRICO" en lugar de ácido fólico. Su médico, cuando la oyó, apartó la vista del ordenador sonriendo, esperando que ella también estuviese sonriendo por haberle gastado una broma. Pero no. Allí estaba, mirándolo seriamente, como si tener déficit de ácido folclórico fuese lo más normal del mundo. Tantas horas de Pantoja en la televisión empiezan a tener efectos secundarios y, por lo que se ve, a perjudicar seriamente la salud.
 
A un amigo psiquiatra, esta semana un paciente le dijo que no pensaba tomar más risperidona porque desde que se la había recetado estaba "DE CARPA CAIDA". Lo de la "capa" no le parecía suficiente y una carpa refleja mejor la magnitud de la tragedia por la que estaba pasando.
Otro paciente comentó que a él ya le habían hecho una " TELESCOPIA" y que no se la repetía nunca más, de ninguna de las maneras. Se refería a la colonoscopia y supongo que mientras el endoscopista le veía el colon, lo pasó tan mal que vería las estrellas, de ahí la similitud.
Con las técnicas de Radiología algunos también se lían y así uno nos dijo que mientras su mujer estaba haciéndose la prueba de LAS MAMAS FRÍAS, él aprovechaba para tomarse un café (supongo que caliente). Otro preguntó por dónde se iba para hacerse la RESUSTANCIA MAGNIFICA. Por lo que se ve, le pareció magnífico que le pidiesen una Resonancia magnética. Algunos, no sé bien en qué están pensando cuando al Cateterismo cardiaco le llaman CATACLISMO, CATETO o también hay otra variante que es CATECISMO y al Escáner le dicen ESCARNIO.
 
Además, esta semana un paciente me ha contado una anécdota de un amigo suyo que por la mañana se tomaba una copa de aguardiente y decía tan tranquilo que era lo mejor para matar los "MINICROBIOS". Efectivamente, son pequeñísimos, minúsculos, diminutos, microscópicos... Son "minicrobios" y "minicrobias". Lo mejor es su frase final, cuando ya se levantaba para irse de la consulta:
- Se lo cuento, doctora, porque sé lo mucho que le gustan estas anécdotas.
¡Ay madre! ¿Será lector del blog? Tiene 85 años, así que espero que no esté muy puesto en tecnologías.
 

domingo, 7 de abril de 2013

¿TIENE USTED ALGUNA ENFERMEDAD IMPORTANTE?


Una de las preguntas que hacemos habitualmente cuando estamos elaborando una historia clínica de un enfermo es si tiene alguna enfermedad importante. En muchos casos, el que tiene que contestarnos es el pariente más cercano –hijos, cónyuge, etc -que a veces no tiene mucha idea. Una vez tuve ingresado a un paciente que no estaba para muchos interrogatorios, así que le hice la historia a una hija de unos treinta años que parecía ser la que manejaba la situación.
-¿Tu padre tiene alguna enfermedad importante?-le pregunté.

Tras pensarlo un momento me contestó:
- Pues si, una vez le dijo el médico que tenía piedras en la vagina.
- Mira, -le dije lo más seria que pude- no puede ser. Los hombres no tienen vagina.
- Fue el médico el que se lo dijo- me replicó.
- Bueno, quizás fuese en la vesícula -le aclaré.
- Eso, en la vesícula. ¿No es lo mismo? –me preguntó con curiosidad.

Otro paciente que tuve hace poco ingresado me dijo que enfermedades importantes no había tenido, pero que había estado dos años ingresado en Madrid en un hospital cuando era joven.
- Si estuvo tanto tiempo debió ser algo grave –le expliqué. ¿Por qué estuvo ingresado?
-  No era nada. Cuando estuve mejor me dejaron irme.
- ¿Pero por qué estaba allí?- le insistí.
- No lo sé exactamente. Sólo recuerdo que cuando me dieron el alta y salí de allí, me senté en la parada del autobús que estaba enfrente y hablé con el edificio en voz alta y le dije: -¡cabrón!, me voy para casa. ¡Ahí te quedas!-.

Esto de hablar con el hospital pero no con el médico que le llevaba me hizo sospechar que debía de ser algo psiquiátrico, pero fui incapaz de concretar la causa del ingreso tan prolongado. Lo intenté por todos los medios, pero no hubo forma, así que cuando le di el alta, me asomé al ventanal desde el que se ve la parada del autobús, esperando verlo allí, hablando en voz alta con el edificio:

¡Cabrón! me voy para casa.