Translate

English plantillas curriculums vitae French cartas de amistad German documental Spain cartas de presentación Italian xo Dutch películas un link Russian templates google Portuguese foro de coches Japanese catálogos de Korean entrevistas a Arabic Chinese Simplified

domingo, 24 de febrero de 2013

¿CONSULTA O MERCADILLO?


 El marketing forma parte de nuestra vida y algunos creen que cualquier lugar es bueno para hacer sus business; entre estos sitios está la consulta del médico. Por allí va desfilando gente de distintos puntos de la ciudad o de pueblos cercanos y en los que cualquier distracción que alivie y distraiga la espera, es bienvenida. Generalmente se entretienen hablando de si el médico “les acertó” o no con el diagnóstico, de quien de los presentes tiene peor la tensión o el azúcar, o el colesterol bueno o el malo. Otro tema es el número de pastillas que toman, iniciando una especie de competición numérica en la que a mayor número de píldoras, menos años de vida te quedan. En medio de este caos, un  buen vendedor puede hacer su agosto, porque siempre distrae a la tropa del tema de la enfermedad.
En el ranking de las vendedoras plastas están las de la Thermomix, como ya conté en un post anterior (Doctora, ¿usted tiene la Thermomix?) y en esa línea están también las de Stanhome, que te dejan el catálogo con marcas de bolígrafo rojo en los productos que creen que te pueden interesar. Además, en el lateral va escrito su nombre y número de teléfono y suelen decirte que te hacen precio especial si haces un pedido en grupo con tus compañeras de café. Debo aclarar que todo lo que cuento es verídico, por si alguien cree que se me está yendo la cabeza.
También hay casos más surrealistas como el de un compañero que trabaja en un hospital privado y al que un paciente intentó venderle unos calcetines -tres pares, cinco euros- para poder saldar la deuda que había contraído, ya que se había ido sin pagar. Para más recochineo apareció en la consulta para hacerse una revisión, la cual tampoco pagó, y allí intentó colocar sus calcetines al médico y a los demás pacientes de la sala de espera, que estaban flipados.
Además, tengo una paciente que vende marisco y que cada vez que viene trae unos percebes por si se los quiero comprar, que me los deja a buen precio. Pero claro, comprárselos y que la consulta quede oliendo a mar todo el día, no me parece lo más adecuado. Sé de buena tinta que nunca vuelve a casa con el marisco sin vender porque lo pone a precio de ganga, y siempre hay alguien en la sala de espera que se lo compra. La última vez que la vi, y en vista del éxito comercial, ya me ofreció nécoras, percebes y una centollita fresquita. Me empieza a preocupar que la gente confunda la consulta con la Marisquería Rías Baixas, pero siempre he sido partidaria del “libre mercado” y, por otro lado, ya se sabe que la salud empieza por una buena alimentación.

2 comentarios: