El instrumento por el que más se identifica a un médico es el estetoscopio. Como diría alguno: "el chisme ese que usáis para escuchar el corazón". Mucho más fácil que decir "estetoscopio" o "fonendoscopio". En realidad, se puede auscultar casi cualquier cosa: el corazón, el pulmón, los movimientos del intestino, las arterias si tienen un soplo... Incluso, se de alguno que auscultaba el cráneo con el fonendo mientras decía: ahora piense, ahora no piense. Imitaba aquello de: respire, no respire. En el pulmón, nos es muy útil que la gente diga "treinta y tres" o "carretera". El asunto es que la palabra tenga una erre fuerte, porque así escuchamos la transmisión del sonido y nos sirve para afinar en el diagnóstico. En una ocasión, un compañero le dijo a un paciente al que estaba auscultando:
- Diga treinta y tres.
- Treinta y tres.
- Otra vez.
- Treinta y tres.
La idea es que lo dijese seguido mientras iba poniendo el fonendo es distintos puntos y así comparar los diferentes sonidos.
- Siga, siga- le animó el médico.
- Treinta y cuatro, treinta y cinco, treinta y seis...
También hay los que piensan que tenemos visión ultra de rayos X en los ojos y vemos y auscultamos a través de la ropa, un poco tipo Superman. Esta semana, llegó un paciente a la consulta de neumologia ( especialidad del pulmón) con tos y falta de respiración. La neumóloga le hizo la historia clínica y después quiso auscultarlo. (¡Qué menos!)
- Sáquese la camisa, que le tengo que auscultar
- No hace falta- le decía.
- Pero usted ha venido porque no respira. Tengo que auscultarle el pulmón. Sáquese la camisa.
- Es que llevo una semana sin lavarme- le dijo. - Pero no se crea que no tengo cuarto de baño. Tengo uno precioso, nuevecito. Lo hice hace diez años yo mismo.
Si que debía estar nuevecito, pero por falta de uso. Y tampoco debía pagar mucho de recibo del agua.
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