Existen miles de motivos por los que uno puede ir a urgencias. Siempre son motivos personales, porque hay gente que prefiere ir con la cabeza abierta por la calle antes de permitir que les den unos puntos de sutura. Y también existe el caso contrario: los que vienen con heridas que les parecen gravísimas y que uno no es capaz de encontrar ni con una lupa de gran aumento. En cualquier caso, la pérdida de sentido común es llamativa en algunos y no quiero ni pensar cómo gestionarían un problema de salud serio. Un ejemplo de esto es un paciente adolescente que acudió una tarde a urgencias con su padre, el cual mostraba una cara de agobio muy llamativa.
- ¿Qué le ha pasado?-le pregunto.
- Pues que el chaval se ha comido un bocadillo de chorizo- me contestó.
- Ya, y yo uno de jamón- le dije-. Supongo que ese no es el motivo de venir a urgencias. ¿Estaba malo el chorizo? ¿Tiene nauseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal?- pregunté, intentando aclarar el asunto.
- No, el chorizo estaba bien.
- ¿Entonces?
- Es que luego se ha metido en la bañera a darse un baño y tengo miedo de que le dé un corte de digestión- me contestó.
El pobre hijo, no sabía donde meterse. Más que de "corte de digestión", el pobre chico tenía cara de "vergüenza ajena", viendo a su padre que lo había hecho secarse y vestirse y lo había traído en coche a urgencias a toda velocidad, casi como si se tratase de un asunto de vida o muerte.
Otro caso para los anales de la medicina es el de un paciente de 22 años que he visto esta semana y que revisando su historia del año pasado tiene una veintena de visitas a urgencias. Dada su edad, me llamó la atención y me puse a leer los motivos de tanta ida y venida. Todo eran banalidades por las que no se le había ocurrido ir a su médico de cabecera. Una de ellas era ésta (transcribo literalmente el informe de urgencias): "acude por sangrado por el ombligo tras hurgarse para extraer pelusillas". En el apartado de tratamiento figuraba como recomendaciones la "higiene diaria" y aplicar agua oxigenada. Como se puede ver, un caso de grave peligro para su vida. ¿Y cuál era la hora a la que había venido por esta urgencia vital? Pues, las 02.23 horas de la madrugada. Una hora excelente para estar "hurgándose el ombligo", como todo el mundo sabe.
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