Urgencias es un servicio con mucho trabajo, mucho stress… y una forma de aliviarlo es clasificando de forma correcta a los pacientes que pasan por allí según la tribu a la que pertenezcan. “Triage”, le llama la gente seria. El "triage" clásico nos sirve para seleccionar y clasificar según prioridades de atención. Con esta variante del "triage" liberamos el stress y nos reímos un poco. Así, decimos que hay distintas tribus que visitan urgencias:
1- Los “PASOPAGOS”: a mi me tienen que hacer lo que yo les diga, que “pa eso pago” a la Seguridad Social.
2- Los “ARAPAJOES”: me duele desde hace 1 mes, pero “ahora pa joer” vengo a las 3 de la mañana y que me miren bien.
Puede haber un mestizaje entre Arapajoes y Pasopagos, dando lugar al PASOPAJOE, que es muy frecuente entre las 2 y las 6 de la madrugada.
3- Los “PIESNEGROS”: son los que sólo se han lavado el pie del tobillo que se han torcido, y cuando les dices que se saquen el otro calcetín para ver el otro pie, ellos se mueren del corte y tú te mueres del asco.
4- Los “BOOMERANGS”: les das el alta y a las 2 horas están de vuelta porque aún no les ha hecho efecto el tratamiento que no se han tomado.
- Es que me sigue doliendo- dicen.
- ¿Se ha tomado la medicación?- les preguntas.
-¡Uy!, no. Aún no la fui ni a comprar- te dicen-. Pero me sigue doliendo.
Otra forma de "triage" que solía practicar por las noches, es el del "color de la bata". A las señoras las agrupaba según el color de la bata y apostaba con algún compañero cual era el motivo de consulta según cómo viniesen vestidas. El código era el siguiente:
1- Síndrome de la bata rosa: señora con dolor abdominal, marido detrás sujetando el bolso. Diagnóstico de cólico de vesícula o también puede ser gastritis.
2- Síndrome de la bata azul: señora que no respira. Puede ser asma, bronquitis, neumonía… Habitualmente sin marido.
3- Síndrome de la bata verde: me duele todo. O sea, totalgia. Marido detrás sin bolso, esperando ansioso el veredicto que suele ser banal.
4- Señora con bata estampada: puede ser cualquier cosa. Hay que esperar lo peor.